Por Guadalupe Podestá Cordero
Parece que con la modernidad dejan de entenderse cosas que, en otros tiempos, dábamos por sentadas.
La sanación es algo que los humanos podemos hacer por nosotrxs y por les demás. Es una cuestión de aprendizaje, práctica y voluntad. me preguntarán ¿pro qué aprendizaje? porque siempre aprendemos de alguien más, ese alguien que también nos enseña a descargar la energía densa, a cargar energía limpia. Cada método tiene sus claves, desde la ancestralidad en la que es creado, enseñado, explicado.
No existen, como ya lo hemos explicado antes, los dones ni los elegidxs. existen las capacidades latentes en los seres humanos, aquellxs con más capacidad sanadora serán quienes desarrollen más esas áreas, por ello hay que practicar y ser constante, la sanación no se produce sin la seguridad de saber lo que estamos haciendo.
Nuestro organismo tiene la capacidad de regenerarse en muchos aspectos, cuando la intensión sanadora de otrx ser nos llega, entra en contacto con nuestra energía generando esa regeneración que necesitamos, es tarea de todo, de quien será sanadx, de quien hace la sanación y del cosmos, divinidad o como deseen llamarle.
Somos energía y materia, cuando alguien nos ayuda a poner equilibrio sanamos, pero los métodos de sanación son en generar, métodos ancestrales que se reflejarán en este mundo moderno en el que se vuelve lentamente hacia las antiguas maneras, por ser estas menos tóxicas.
Las limpiezas energéticas son la vía para amanecer a la sanación pero también a la claridad. Antes de adoptar conceptos nuevos, revisemos de dónde vienen y hasta donde la lógica o el orden energético, permiten que sean verdad. Por ejemplo: los humanes no tenemos más de 7 chakras principales, porque esos chakras (centros mayores de energía) están enraizados en el cuerpo físico, al igual que los chakras secundarios y los nadis. No tenemos ni 9 ni 11, tenemos 7 mayores.
Se que esta aclaración suena dura, y muchxs no estarán de acuerdo alegando que por revelaciones canalizadas, etc., pero alegaré que los humanes no tenemos más áreas físicas que las que conocemos, y que los otros centros, en todo caso son replicas que podríamos especular, anidan en nuestro simil energético (astral) pero ni así.
Podemos debatir, pero la sanación presencial o a distancia, obra en un campo energético, primeramente, que es acorde con nuestro cuerpo físico, al que llega después, a medida que se manifiesta el acto sanador.
Seamos cautxs a la hora de adoptar formas de ver, porque, como en todo lo que circula en la web, hay información verás e información falsa, consultemos libros, para librarnos un poco de las especulaciones de ciertxs teorizadores. les recomendamos, sobre todo, los libros anteriores a los 90, cuando la información no estaba tan mixturada. Los textos más antiguos siempre son de gran ayuda.
Parece que con la modernidad dejan de entenderse cosas que, en otros tiempos, dábamos por sentadas.
La sanación es algo que los humanos podemos hacer por nosotrxs y por les demás. Es una cuestión de aprendizaje, práctica y voluntad. me preguntarán ¿pro qué aprendizaje? porque siempre aprendemos de alguien más, ese alguien que también nos enseña a descargar la energía densa, a cargar energía limpia. Cada método tiene sus claves, desde la ancestralidad en la que es creado, enseñado, explicado.
No existen, como ya lo hemos explicado antes, los dones ni los elegidxs. existen las capacidades latentes en los seres humanos, aquellxs con más capacidad sanadora serán quienes desarrollen más esas áreas, por ello hay que practicar y ser constante, la sanación no se produce sin la seguridad de saber lo que estamos haciendo.
Nuestro organismo tiene la capacidad de regenerarse en muchos aspectos, cuando la intensión sanadora de otrx ser nos llega, entra en contacto con nuestra energía generando esa regeneración que necesitamos, es tarea de todo, de quien será sanadx, de quien hace la sanación y del cosmos, divinidad o como deseen llamarle.
Somos energía y materia, cuando alguien nos ayuda a poner equilibrio sanamos, pero los métodos de sanación son en generar, métodos ancestrales que se reflejarán en este mundo moderno en el que se vuelve lentamente hacia las antiguas maneras, por ser estas menos tóxicas.
Las limpiezas energéticas son la vía para amanecer a la sanación pero también a la claridad. Antes de adoptar conceptos nuevos, revisemos de dónde vienen y hasta donde la lógica o el orden energético, permiten que sean verdad. Por ejemplo: los humanes no tenemos más de 7 chakras principales, porque esos chakras (centros mayores de energía) están enraizados en el cuerpo físico, al igual que los chakras secundarios y los nadis. No tenemos ni 9 ni 11, tenemos 7 mayores.
Se que esta aclaración suena dura, y muchxs no estarán de acuerdo alegando que por revelaciones canalizadas, etc., pero alegaré que los humanes no tenemos más áreas físicas que las que conocemos, y que los otros centros, en todo caso son replicas que podríamos especular, anidan en nuestro simil energético (astral) pero ni así.
Podemos debatir, pero la sanación presencial o a distancia, obra en un campo energético, primeramente, que es acorde con nuestro cuerpo físico, al que llega después, a medida que se manifiesta el acto sanador.
Seamos cautxs a la hora de adoptar formas de ver, porque, como en todo lo que circula en la web, hay información verás e información falsa, consultemos libros, para librarnos un poco de las especulaciones de ciertxs teorizadores. les recomendamos, sobre todo, los libros anteriores a los 90, cuando la información no estaba tan mixturada. Los textos más antiguos siempre son de gran ayuda.
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