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Estar, ser, parecer



Vivir el universo de lo mágico implica un estar en la vida muy distinto al que nos cuenta el pensamiento occidental que se convirtió en clásico por el paso del tiempo.

El Universo Mágico del Sagrado Interno, de ese tiempo propio que es más lento y más calmado es la clave del hacer. Un sanador o sanadora, vive desde ese estar (como lo llama Kusch). Hay una lejanía del fárrago sin que eso implique no coexistir en el mismo plano que los demás. Al moverse en ese plano, puede comprender cosas que para un terapeuta occidentalizado y anclado en el ser no son visibles.

Comprender al humano como multidimensional, verlo como creación cósmica que tendrá, en su vida, los mismos ciclos que la tierra que lo contiene se vuelve clave para poder leer los cambios sociales que se ven hoy en día.

En 2005 cuando se inicia el nuevo Pachacutec, comenzamos a caminar la convulsión de los cambios y las sociedades ingresan en una nueva lectura de lo simbólico, no ya desde la mera visión sino de la existencia y corporalidad del símbolo.

Esto no implica el fin del mundo desde ningún aspecto, sólo marca una vuelta más en la espiral evolutiva del tiempo. Es un momento en que volvemos a enfrentarnos cara a cara con nuestro pasado ancestral y con ese estar que perdimos los occidentales.

Hace siglos el conquistador invadió Abya Yala para saquearla y poseerla, como el abusador elige a su victima, así la corona eligió estas tierras. Su saña se debió a una única semilla, ellos habían sido avasallados antes por el imperio romano, y luego, catequizados por el catolicismo que nacía como institución y brazo de lo que quedaba del imperio romano. Perdieron ese estar que les daban sus antiguas tradiciones, esa contemplación del ritmo planetario que traían desde lo ancestral.

Ese odio que se acumula en el dominado cuando asume el lugar del dominador gestó el mayor genocidio que se haya registrado en la historia del mundo (26.000.000 hasta aquí aproximadamente) y rescribió nuestra historia profunda desde la visión de la barbarie. De esa forma, todas las maneras de la ancestralidad fueron tomadas por inferiores. Esto, en Abya Yala, tuvo una vuelta de rosca más terrible todavía, para la mayoría de los occidentalizados de nuestro subcontinente la única cultura antigua válida es la que no nos pertenece.

Desde ese momento, cuando hablamos de magia, brujería, esoterismo, ocultismo, se sobrentiende que hablamos de Europa, Medio Oriente o Asia, de nosotros no. ¿De dónde se puede agarrar alguien para decir que en nuestras culturas no hay formulaciones esotéricas (o acaso lo conocemos todo enteramente)? Brujería es un término europeo, aquí pudo tener miles de nombres distintos, magia tampoco nos pertenece, es un termino caldeo, pero aquí pudo llamarse de otra forma.

Nuestros ancestros no tuvieron filosofía, no les interesó bautizar su conocimiento, porque estaban inmersos en él.

Nuestras naciones prexistentes tenían espiritualidad tan compleja como las del resto del mundo, lineamientos de pensamientos tan o más elaborados que el resto. Hoy el tiempo sabio y circular nos enfrenta a nuestro reflejo arcaico para que no seamos una mera imitación de nuestros ancestros sino para encontrar el camino de la síntesis. La mirada profunda y original de nuestras sangres mezcladas o no.

Somos el resumen y la unión de la tierra que pisamos y también de la tierra, los ríos y los mares que nos forman.
Llegamos hijas e hijos del tiempo a poblar este lugar y dar fruto, desde el cuerpo, la mente, la palabra. Los humanos y humanas venimos a estar vivos mejorando lo que en los quinientos años anteriores nos fue robado, fue malogrado, vaciado de contenido.

Solo podemos arribar a esta visión comunitaria de la vida en la tierra cuando entendemos que la simpleza es el camino, que si seguimos retorciendo las cuerdas del alma nuestra melodía de vida se arruina con la enfermedad.

Estar, ser, parecer es el juego que hemos jugado sin descanso por 500 años en Abya Yala y por milenios en la tierra toda.

Las complejidades del ser sólo existen cuando lo único que valida la existencia es la calificación de otro, porque las multidimencionalidades planetarias y humanas son simplemente eso, líneas que se entrecruzan sin complicación.

Vivir el Universo de lo Mágico, de lo Cósmico, es transitar la Experiencia Humana con la simplicidad de la esencia, con pasión, con amor, con el hacer.

Tal vez, comenzar a encontrar el equilibrio de la mente pase por aceptar nuestra condición de animales mamíferos bípedos, que elaboran pensamientos, algunos, los que traen bien para todos, se realizarán, el resto se descartará.

El antiguo mago/a, la antigua bruja/o, el chaman o chamana no se realizaba en soledad, porque su trascender era el bien comunal. Tal vez por eso es que las terapias en grupo son más fructíferas, tal vez es eso lo que se perdió con el individualismo occidental.

El circulo contiene al todo, no hay sombras ni recovecos, en el pensamiento lineal las sombras tiene donde ocultarse. En el pensamiento circular la sombra es visible para quien la emana y por lo tanto no te toma por asalto, en el pensamiento lineal la sobra se agazapa y te atrapa a la vuelta de la esquina.

Guadalupe Podestá Cordero

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