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SEMILLA DE MEDITACIÓN


Soledades…

 

Soledad significa, comúnmente, estar separado de todo lo demás; solo consigo mismo. La Soledad implica la no conexión con otro humano, a veces hasta con animales o plantas.

Nadie llega al mundo y sobrevive en él en Soledad perfecta, el ser nace imperfecto y debe apoyarse en
alguien, una hembra de cualquier especia, humana, loba, felino o mono para subsistir.

La palabra Soledad es una combinación de Sol y Edad, o sea el Sol, la cara visible de Dios para los hombres desde
la ancestralidad, y la Edad lo que es lo mismo que el Tiempo, o sea Dios durante todo el tiempo que vivas.

También que durante toda la vida sos el dueño y responsable absoluto de tu Universo. Como el Sol lo es de nuestro Sistema.

Esto sitúa a la Soledad en otra escala. Mucho más profunda, más amplia, colocándonos en la cúspide de nuestro destino.

Como la cara visible de Dios que transita el tiempo de nuestra vida, nos conecta con todo lo que existe, en todas las dimensiones conocidas.

Así puede ser la Soledad del Sol o la Soledad de los
agujeros negros, según nuestra actitud frente a ella.

Podemos  “ser uno con todo”, o ser una sombra flotando en el espacio sideral.

Ahora, a partir de esto, el empleo de la palabra Soledad cobra otro sentido, contrario de lo habitual.

El sol es el centro alrededor del cual gira todo. Atrae todo lo que le pertenece y lo mantiene en su órbita. De él depende toda vida en la tierra. Sin él, se muere todo.

El Universo existe porque lo creamos y deja de existir cuando nos apagamos. Somos el calor y la vida de este Universo.

Estamos relacionados profundamente con la vida que mantenemos, con cada elemento que existe, por eso la Soledad alumbra la trascendencia.

Pero el Sol queda sólo porque quema lo que se le acerca, por eso la Soledad debe atenuarse, abriendo la puerta para que su brillo no sea destructivo, es el Sol el encargado de elegir el cuándo y el cómo.

Soledad significa singularidad, sin posibilidad de comparación.

Si nos sintonizáramos con esa singularidad, nos volveríamos el Centro, de manera tal que su singularidad nos absorbería y nos llevaría y nunca más estaríamos solos.

Sobre todo ya que lo demás debe ser uno con él,
porque tiene su existencia a partir de él. Junto con él, al mismo tiempo, somos UNO, con todo lo demás; y al sumergirnos en la Soledad logramos la unidad en la cual toda separación, todo lo doloroso de estar a solas, es estar conectados desde otro lugar y volvernos UNO

Soledad es Unidad con todo lo que existe.

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